Carpa o Pérgola: ¿cuál es el soporte perfecto para nuestros kiwis?

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En la Newsletter de hoy vamos a abordar exhaustivamente el gran dilema que tormenta a los productores de kiwi: ¿pérgola o carpa? 

Dos modos de pensar totalmente opuestos, casi dos filosofías de vida, que radican en el comportamiento único del árbol de kiwi respecto de otros frutos.

No pretendemos, solamente con este artículo, sacar conclusiones definitivas sobre el tema, identificando en un modo seguro el mejor sistema; en cambio, queremos adoptar un enfoque comparativo compartiendo contigo la experiencia de dos de nuestros clientes que llevan tiempo utilizando en sus huertos uno u otro sistema.

Para hacerlo, a la fuerza, hemos de arrancar hablando un poco de “ella”, la planta que produce kiwis, para entender en lo que se diferencia de otros frutales y poder, por consiguiente, definir sus exigencias, un punto clave para el éxito de cualquier tipo de sistema.

El kiwi es una planta trepadora, generalmente, criada formando un cordón de donde salen las ramas con largos variables y en cuya parte distal se forman las yemas con flor para el año siguiente. Normalmente, las ramas productivas se renuevan anualmente y, por consiguiente, el peso de la vegetación y de la producción grava totalmente sobre la estructura de soporte. De ahí la exigencia de un sistema de soporte más complejo respecto del Superspindel de las manzanas, que proporcione un mayor soporte a las ramas y a los frutos. Asimismo, se ha de considerar en nuestros cálculos de diseño el imponente sistema de hojas que el Actinidia desarrolla y cuyo peso afecta considerablemente al esfuerzo que la estructura debe soportar (sobre todo, cuando las hojas se cargan con la lluvia).

CARPA

Partiendo de estas consideraciones, se crea la Carpa, que no es otra cosa que un denso enredo de alambres y cables para construir una red de soporte para ramas y frutos. La disposición de las plantas suele ser cinco metros entre las filas y cinco metros entre los postes, con cables de soporte en cada transversal (diámetro variable entre los 6 y 7 mm) y seis alambres longitudinales para soportar las ramas (uno cada ochenta cm aproximadamente), con un diámetro de 3 mm. Por consiguiente, la fruta se distribuirá por debajo de los alambres, colgada sin hojas y ramas, para reducir la aparición de posibles enfermedades. 

Un gran defensor de este tipo de sistema es nuestro cliente Vitor Araujo, que desde los años ochenta usa la carpa como sistema de soporte en su finca Kiwi Green Sun, ubicada en Guimaraes, en el norte de Portugal, convirtiéndose en 2008 el productor mayor de kiwis de la península ibérica. Cada Kiwisun cuenta con una red de treinta y dos productores reunidos, con un área cultivada de más de trescientas veinte hectáreas. Con una producción que, en algunos casos, casi toca picos de cuarenta toneladas por hectárea, el objetivo de Vitor de llegar a las diez mil toneladas de kiwis anuales no queda lejos, una meta perseguida también mediante el uso de la carpa, que permite una mejor producción por hectárea, independientemente de las diferencias de las condiciones climáticas entre Portugal e Italia (en particular, el número de horas frías diarias).

Desde el inicio, Vitor eligió la carpa, que proporciona a la planta un sistema robusto de soporte, que impide a las ramas tocar el suelo y previene así todas las enfermedades derivadas de ello, garantizando, al mismo tiempo, una mayor eficacia en los tratamientos necesarios para la salubridad de las hojas. El kiwi permanece colgado bajo la estructura de las hojas, pero libre, por lo que madura mejor y aprovechando, al mismo tiempo, la sombra de las hojas que permiten evitar las quemaduras del temible sol portugués. Para acabar, pero no es menos importante, la recolección es sumamente más ágil, ya que los kiwis se cogen fácilmente, por la altura mejor, lo cual permite una recogida rápida para los operadores.

Antonio, propietario de Propomar, instalador de confianza de Vitor y distribuidor autorizado de Valente en Portugal, opina también técnicamente sobre ello, ya que la carpa es el sistema que encaja mejor con la morfología territorial de Portugal, hecha a base de pequeñas parcelas, que pueden cubrirse casi al 100% de la superficie, utilizando este tipo de estructura, sin malgastar espacio. Toda una serie indudable de ventajas para este sistema, que ha permitido a Vitor alcanzar sus objetivos ambiciosos y que se convierte, por consiguiente, en valioso, también para otros productores.

Pasamos ahora, al otro sistema en comparación, el de la “pérgola”.

PÉRGOLA

El principio de base es muy similar al de la carpa, con el mismo número de alambres para soportar las ramas (de cuatro a seis), pero estas son soportadas no por por cables transversales, sino por ménsulas de acero galvanizado, con medidas y anchuras variables dependiendo de la variedad de kiwi (rectos, curvados, con caída para kiwis amarillos, verdes o rojos). La ménsula ha de garantizar una capacidad importante para respetar las exigencias de la planta, y ha de estar conectada en un modo firme y estable al poste con su enganche específicamente perfilado. La tensión en los alambres de soporte procede de los tensores de las ménsulas de cabecera, una estructura metálica, mucho más robusta que las intermedias, apta para soportar el esfuerzo de tensado. Por consiguiente, las ramas tienen el mismo soporte que la carpa con la fruta que se desarrolla, en particular, cerca de las puntas de las ménsulas de ahí la exigencia de destinar la ménsula adecuada a cada variedad.

La principal ventaja de este tipo de sistema reside en la gestión de la malla que sigue siendo accesible para las operaciones de temporada de apertura y cierre, una opción que, en el sistema con carpa, se ve perjudicada por el crecimiento de las ramas.

El punto de fuerza de este tipo de sistema es la comodidad de acceso en la hilera, entre las pérgolas, de las maquinarias de varia altura (tractores con cabina, barras potadoras mecánicas, carretillas elevadoras, plataformas hidráulicas para la gestión de las operaciones anuales de cierre invernal de las mallas o posibles operaciones de mantenimiento extraordinarias de estas).

Otro aspecto que no hemos de descuidar, especialmente en las nuevas variedades de cultivo objeto de Club, son las normativas que imponen reducir la cantidad de kiwis por hectárea para aumentar su grado brix (el grado de azúcar) y la substancia seca, una evaluación, por consiguiente, que afecta también al sistema de soporte y a las variables agronómicas ambientales.

Sobre esta cuestión hemos entrevistado a nuestro cliente Riccardo Adami  de la finca Adami, que lleva ya casi una década usando la pérgola en su sistema en Dossobuono (VR) con resultaos excelentes. En el kiwi verde he utilizado las ménsulas curvadas de dos metros, obteniendo una producción de casi treinta toneladas por hectárea con un excelente grado de azúcar derivado de la óptima insolación garantizada por el soporte en pérgola, que permite el paso de la luz también por debajo del follaje aumentando la calidad de la producción. Las ramas de las plantas se atan aproximadamente cada veinte cm, dejando, por consiguiente, brotes y efectuando el corte a unos cuarenta centímetros del suelo, un trabajo sencillo y económico, pero que garantiza la gestión óptima del huerto. En 2019 Riccardo y su hermano Alessandro decidieron reconvertir uno de sus antiguos sistemas Valente de melocotones en Kiwis, y la disposición de las plantas de seis metros les ha permitido probar las ménsulas curvadas de 3,10m, los últimos miembros de la familia de ménsulas Valente y disponibles desde 2016. Estas ménsulas, desarrolladas específicamente para los kiwis amarillos y rojos, presentan un curvado menos acentuado que las curvadas tradicionales, que les permite seguir mejor las ramas más largas. “El sistema parece verdaderamente óptimo, ordenado y limpio a pesar del gran tamaño de las ménsulas, pero es pronto para hablar de cosecha, ya que el primer banco de prueba es este año” nos dice Riccardo.

Todas las estructuras de la finca Adami están cubiertas con mallas antigranizodesde el lejano 1998, lo cual atestigua lo previsor que era nuestro cliente, un verdadero profesional del sector agrícola. “Las mallas son todas negras, salvo dos hectáreas cubiertas con una malla gris de prueba. Pero no hay debate: la negra va a ser siempre la mejor al garantizarnos una duración excelente y una protección óptima para las plantas.” afirma Riccardo.

Una vez más nuestro análisis comparativo de varios sistemas de cultivo acaba sin un ganador; y no podría ser de otra forma, porque la elección del tipo de sistema depende en gran medida de factores climáticos y ambientales y de los hábitos de cultivo de cada zona. 

Lo importante es motivar siempre la elección y realizarla con materiales que puedan cumplir las expectativas, con la ayuda fundamental de técnicos expertos y agrónomos de confianza.

Hoy hemos compartido contigo dos experiencias, que representan otras numerosas de nuestros clientes, pero seguiremos recopilando muchas más, para enriquecer adicionalmente nuestra larga experiencia y ayudarte a actuar siempre la mejor elección.